Hijas de Baco,
avatares de la belleza,
abrid vuestros valles,
del libre néctar,
a mi boca.
Dadme de vuestra santa uva,
única ambrosía de este mundo,
dejadme probar,
que nada es más dulce.
Mi veneración es sincera,
y pura como la Luna que se baña, y sin embargo,
profanaría todos y cada uno de tus altares.
lunes, 5 de octubre de 2015
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