Ya siento la llamada,
ineludible, y letal,
de esa llama que te llena,
de tu piel besar.
Ya recorre mi espina,
como cientos de gallinas,
mil cosquillas y rabietas,
por no perderme entre tus tetas.
Y otra vez,
morderte y morderte,
morderte otra vez!
Y otra vez,
morderte y morderte,
y tu cuerpo así comer.
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