Pienso en ti,
y me tiemblan los huesos de pensar en verte.
Y se me cierran los ojos, y habla el alcohol,
y encuentro tan dulce la miel de tus labios,
que siento que mataría por uno solo de tus besos.
Mierda... ¿Por qué no me callo?
lunes, 30 de noviembre de 2009
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