Casi la pierdo en la oscuridad, pero allí, entre la niebla, y a escaso tiempo está la luz, que brilla como mil candelas.
Y aunque no niegaré mi desesperanza momentanea, la alegría es inminente.
Por que aunque se haya retrasado, ya es inevitable.
Y el momento en que la luz y yo nos rocemos, será eterno...
martes, 9 de junio de 2009
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