jueves, 20 de octubre de 2016

El Secuest; Op II, Vuelvo a ser yo

A veces, cuando voy paseando por la calle,
me quiero como hacer creer, que no veo lo que veo,
y finjo ver otras cosas.
Me hago un caleidoscopio, pero sé que no,
y allí todo es más brillante, pero sé que no.
Y aún así, me invade (y embriaga) una negrura,
que también sé que no.

La veo pasar.
Es un eclipse total ella sola.
Hay una autopista con su olor, que sigue allí donde han ido y estado sus pies.

7º día, vuelvo a verla, y ella ¿me habrá visto?
Ahora es su hora de... no, espera, ahora es cuando va a ...

14º día, vuelve a ser ella. Esta  vez sé dónde van todos sus pasos, antes de que vayan. Y le sigo, y voy devorando cada adoquín de su trayectoria. Estoy cerca de su portal, y ella busca las llaves.


Enciendo la luz, pues nada compunge más mi corazón, que el miedo que entrenoto en su respirazión.

Quiere saber por qué la he atado, y lo sé sin palabas (eso es amor)

Pero no puedo sotla

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