¿Si me ofrecieras tu cuerpo?
De él haría un templo.
Catedral, construida en marmol,
blanco de tus níveos senos,
de halo dorado,
de tu oro pelo.
Mezquita de mi deseo,
donde yo me postraría
para el rezo a tu sexo
a cada hora,
a cada día,
dejando allí
nuevos besos.
Déjame lavar, templo,
la delicada roca de tu cuerpo.
con esponja, jabón y ternura,
con caricias y lengua de media luna.
Déjame templo,
que limpie en ti mis pecados,
que purgue mi alma en tu interior,
que te confiese cuanto te amo.
¡Oh! Déjame, templo,
que alcance contigo a dios,
que abrazadas nuestras almas,
encuentre su salvación.
Oh, templo,
¿si me ofrecieras tu cuerpo?
miércoles, 5 de agosto de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
me encanta=)
ResponderEliminardesde londres un beso
te quiero!
nos vemos en nada!!
Laura!