Imagino cada gota que repta por tu espalda,
y mi aliento se contrae deseando poblar tu cuello.
Salivo ávido, mientras despiertas mi ansia,
hasta límites que no recordaba.
Y el recuerdo de tu boca no probada,
me hace perder la calma.
lunes, 11 de julio de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario